Autores: Hasier Eraña
Un reciente estudio científico, desarrollado por la compañía Sangamo Therapeutics, explora una innovadora terapia génica que ha demostrado ser capaz de retrasar significativamente la progresión de la enfermedad priónica en ratones y de alcanzar todo el cerebro en primates.
¿En qué consiste esta nueva terapia?
Las enfermedades priónicas, como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, se producen por el malplegamiento de una proteína presente en nuestro cuerpo de forma natural: la proteína priónica (PrP). La nueva estrategia no busca atacar directamente a las proteínas malplegadas (los priones), sino reducir la producción de la proteína priónica normal. La lógica es sencilla: si hay menos proteína normal disponible, el avance de la enfermedad se frena al no tener «materia prima» para seguir generando priones. En este sentido, esta terapia es similar en su mecanismo de acción a otras cuya eficacia se está evaluando actualmente en humanos, como la terapia desarrollada por Ionis, que también persigue reducir la cantidad de PrP en el cerebro.
Para lograrlo, los investigadores han diseñado unas moléculas llamadas «Represores de Dedos de Zinc» (ZFR, por sus siglas en inglés). Estas moléculas actúan como un interruptor que «apaga» o reduce la actividad del gen PRNP, que es el que contiene las instrucciones para fabricar la proteína priónica.
Esta terapia, a diferencia de la que está desarrollando Ionis, se administraría una sola vez mediante una inyección intravenosa. Para transportar estos «interruptores» hasta el cerebro, se utiliza un virus modificado e inofensivo (AAV, virus adeno-asociado por sus siglas en inglés) que ha sido diseñado específicamente para poder cruzar la barrera que protege nuestro cerebro (la barrera hematoencefálica) y distribuirse ampliamente por todo el órgano.
¿Qué resultados ha mostrado el estudio?
La investigación se llevó a cabo en dos fases principales:
Por un lado, se evaluó su eficacia en ratones infectados con priones: La administración de una única dosis de esta terapia logró prolongar enormemente la supervivencia de los animales, con algunos animales sin llegar a desarrollar la enfermedad a lo largo de toda su vida, y consiguiendo retrasos significativos incluso cuando el tratamiento se aplicó en fases ya avanzadas de la enfermedad. Además, se observó una notable reducción de la proteína priónica en sus cerebros (de entre un 61 y un 66%).
En primates no humanos (macacos), no llegaron tan lejos como a probar la eficacia ante una enfermedad priónica, pero sí que pudieron evaluar que el tratamiento alcanzaba los niveles de reducción de PrP deseados en el cerebro: Se administró una versión de la terapia adaptada para el gen priónico humano. Los resultados demostraron que el tratamiento consiguió llegar de forma generalizada a las 35 regiones cerebrales analizadas y reducir eficazmente la producción de la proteína priónica en las neuronas.
Una nota importante sobre la publicación del estudio
Es fundamental destacar que estos resultados han sido publicados en la plataforma BioRxiv (puede acceder al estudio original aquí). Se trata de un repositorio online donde los científicos pueden compartir sus trabajos antes de que hayan sido revisados formalmente por otros expertos independientes. Este proceso, conocido como «revisión por pares», es un paso crucial para validar la calidad y la fiabilidad de una investigación. Por tanto, aunque los resultados son esperanzadores, deben ser interpretados con cautela hasta que el estudio sea validado y publicado en una revista científica revisada por pares.
En resumen, este trabajo presenta una estrategia terapéutica muy prometedora para las enfermedades priónicas, que podría ofrecer una forma de tratamiento duradera con una única administración. Aun así, se trata de una investigación en fase preclínica y serán necesarios muchos más estudios para confirmar su seguridad y eficacia en seres humanos.